La primera Iglesia de la Comunidad Metropolitana (MCC por sus siglas en inglés), fue fundada en Los Angeles, California, EEUU, por el Rev. Troy D. Perry en 1968. La Fraternidad de iglesias ha jugado un papel vital en atender las necesidades espirituales de la comunidad LGBT alrededor del mundo. Para quienes fuimos criados en una atmósfera religiosa, la homosexualidad se asoció siempre con culpa y vergüenza. Por tanto, muchos fuimos separados de la dimensión espiritual de nuestras vidas. Las ICM brindan una oportunidad para explorar una experiencia espiritual que no niega quiénes somos. .
A través de las ICM, miles de personas LGBT lo mismo que heterosexuales, han encontrado esperanza, y han vivido el gozo, reverencia y emoción de nuestra Fraternidad y la fe en Dios.
Hemos visto cómo miles de vidas han sido transformadas por esta experiencia. Dicho claramente, hemos hecho una diferencia en las vidas de tales personas.
Hoy, como seres conscientes y orgullosos de nuestra identidad, reclamamos la plenitud de nuestra humanidad, incluyendo nuestra espiritualidad. Encontramos grandes verdades en la tradición religiosa, y esperemos que nuestro encuentro con Dios sea uno de transformación y sanación.
Miles de individuos de ambos sexos y distintas identidades de género, han experimentado la sanación emocional y la reconciliación, del abuso y la opresión de que fueron objeto en otras tradiciones, en tanto que incontables miembros de estas iglesias le dan el crédito por sus vidas salvadas a su participación activa dentro de la Fraternidad y sus congregaciones.
Experimentamos pues, nuestras comunidades, como sitios de fe y de sanación y esperanza, de reconciliación familiar, de reencuentro con la autoestima y con la espiritualidad individual, como cada quien la entiende.
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